¿Y qué?

Ésta es más dura. Aquí ya no prevalece tanto la duda como en el anterior 'o qué', categorizada perfectamente por el disyuntivo 'o', sino que aparece más directamente el reto, la rebeldía. Si existe la duda (que existe), aparece superada por la voluntariedad del hablante precisamente mediante esta muletilla. Hay una reafirmación, “un sostenello y no enmendallo”, pero también un “dar la cara”, un responsabilizarse de lo que se hizo (o dijo).
Lo que se sobreentiende, y que falta, es: "¿Y qué pasa?" "¿Y qué tienes tú que decir a eso?"

Sí señor, el sábado pasado me fui solo al cine, ¿y qué?

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