tag:blogger.com,1999:blog-56607601893648579092024-03-13T03:31:10.311+01:00Muletillas - ejemplos¿Qué son las muletillas? ¿Qué tipos de muletillas hay? Las muletillas son apoyaturas verbales, recursos orales más o menos automáticos que nos ayudan a avanzar en la expresión hablada, a salvar las dificultades que la sintaxis de la lengua nos impone y a recuperarnos de los bloqueos mentales. El Diccionario de la Real Academia, en su segunda acepción, la define como “Voz o frase que se repite mucho por hábito”MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.comBlogger43125tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-52674385214249461022007-07-12T09:15:00.005+02:002010-06-04T16:22:49.725+02:00Las muletillas en el habla<div align="left" class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8zyg3LgJrVxZDUlmVXQ43Vw6rRsmmLonbA7aVRRDBfuFVv5ZsitIxSPOCaJqQ1WHyeim6GUcTiLSHcfGTwzk-dVLeUOVdXY6FjqoGPTHkEbS-N8VW69QrRmJ-jzGlIdJKvTEkFQUIRxM/s1600/gse_multipart55514.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8zyg3LgJrVxZDUlmVXQ43Vw6rRsmmLonbA7aVRRDBfuFVv5ZsitIxSPOCaJqQ1WHyeim6GUcTiLSHcfGTwzk-dVLeUOVdXY6FjqoGPTHkEbS-N8VW69QrRmJ-jzGlIdJKvTEkFQUIRxM/s320/gse_multipart55514.jpg" /></a></div><br />
...Pero también poseen otra función, que es la que más nos interesa aquí. Tenemos conciencia de que todo cuanto hacemos produce imágenes de nosotros mismos en los demás. Nuestra forma de comer, de caminar, de reír, de saludar... y, evidentemente, nuestra forma de hablar, dicen muchas cosas acerca de nosotros mismos que no siempre podemos controlar, independientemente, en este caso, del contenido de lo que pretendemos voluntariamente comunicar. Pues bien, por un lado, las muletillas ejercen (o intentan ejercer) una función de control de la propia imagen, como intentaremos demostrar, y por otro lado (y contradictoriamente), manifiestan de forma incontrolada las actitudes personales que subyacen en el interior de los mensajes verbales.<br />
Intentamos hacer aquí un análisis psicológico de las muletillas más habituales en nuestro idioma (y en España, por el momento), que nos ayudará a descubrir las verdaderas intenciones del hablante, semiocultas en el interior de los mensajes que emite, pues se utilizan casi invariablemente de forma inconsciente.<br />
De hecho, el uso de las muletillas, cuando es exagerado, no ha pasado desapercibido nunca tampoco para el común de las gentes, que puede llegar a bautizar a algunos de estos descomedidos usuarios con apodos tales como “el digamos”, “el oséase”, u otros más trabajosos.<br />
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Las muletillas son expresiones más o menos estereotipadas que se utilizan de manera automática al hablar para lograr determinados fines que no suelen ser conscientes, como:<br />
<b>a)</b> mantener el interés del o de los interlocutores<br />
<b>b)</b> controlar el turno de palabra, dominando el uso del habla<br />
<b>c)</b> darse el hablante lapsos de tiempo o ánimos para recuperarse de las dificultades que experimenta al expresarse, establecer pequeñas pausas para pensar en medio del discurso<br />
<b>d)</b> controlar el estatus social/cultural desde el que pretende uno manifestarse ante los demás<br />
<b>e)</b> buscar pequeños acuerdos o complicidades con el interlocutor<br />
<b>f)</b> subrayar, matizar o dar un significado especial a ciertas palabras dichas o por decir<br />
<b>g)</b> expresar de forma subliminal e incontrolada las ocultas intenciones del hablante<br />
<a href="http://www.muletillas-mendo-teoria.blogspot.com/"><span style="font-family: "verdana"; font-size: 80%;">Ver más aspectos teóricos y lingüísticos</span></a><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-26012199089357213222007-07-12T08:59:00.003+02:002018-02-16T12:26:37.075+01:001. LAS MULETILLAS DE LOS QUE SE CREEN "MENTES SUPERIORES"<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Las hay de varios tipos. Las de los que necesitan asegurarse directa y claramente de que estás siguiendo el hilo de las complicadísimas exposiciones que se dignan plantearte (aunque suelan ser tan triviales como los ejemplos que ponemos), y las de los que, supuestamente más discretos, se cercioran indirectamente de que todo va bien, de que no te has perdido por el camino de sus intrincadas proposiciones.<br />
Podríamos decir que los primeros te tratan como si fuesen profesores de primaria, y los segundos, como profesores de bachillerato o, si se atreven a valorarse tanto, de universidad.<br />
Lo más divertido de todo es que tanto unos como otros, lleven el disfraz que lleven, en realidad utilizan la muletilla para darse tiempo para ordenar sus pensamientos. Por inseguridad propia. Aunque te estén dando a entender sibilinamente a ti, como oyente, que los constantes y reiterativos (¡y a veces pesadísimos!) parones en su discurso se deben exclusivamente a tu supuesta torpeza para seguir la marcha de sus argumentos. Como en tantos otros campos ocurre, el paternalismo esconde una vulgar falta de confianza en sí mismo.</div>
<div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-48146205968402477762007-07-12T08:58:00.000+02:002007-07-14T15:55:54.678+02:00¿Entiendes?Es cierto que la mayor parte de las veces se utiliza porque el uno está cabreado con el otro, y se quiere poner por encima de él en el variable ranking cotidiano de poder. Así, el uno se inviste de autoridad paternal (o a veces militar), es decir, se crece (nunca mejor dicho) echando mano de ese '¿entiendes?' cada dos frases, aunque para tal uso funcione mejor emparedado entre explosivas exclamaciones. Confiere aún más dignidad o genera más amenaza la variante '¿me entiendes?', porque la cuestión, como el pronombre denuncia, se personaliza bastante.<br />El '¿entiendes?' puede ser también una muletilla afable, no hay que negarlo, pero solo cuando es notorio y aceptado el desigual equilibrio de poder (profesor-alumno, padre-hijo...), aunque a veces, entre iguales, se asumen momentáneos estatus de autoridad (por cuestiones de mayor experiencia, profesionales, etc...) que permiten su uso. Si hay quien tiene el vicio de utilizarla mucho en situaciones coloquiales (y naturalmente que los hay), lo más probable es que no tenga demasiados amigos.<br /><br /><em>El sábado no me llamaste, así que me fui al cine, ¿entiendes?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-44010642624266135082007-07-12T08:57:00.000+02:002007-07-14T23:59:19.730+02:00¿Te enteras?Es decir, que ya se ha pasado de la entreverada fase del “no sé si es que yo no me explico o que tú no me entiendes”, y se ha decidido que uno se explica muy bien (y lo que es más, aún se va a explicar mejor) y que el otro no se aclara, y al final, por las buenas o por las malas, se va a enterar. '¿Te enteras?', es ya, pues, muletilla rayana en lo chulesco, sobreabundando en la imposición. Y es que para enterarse, el otro tiene que estar muy “entero”, como parece que exige el uno, y no a medias.<br /><br /><em>Pues sí, el sábado estuve en el cine, ¿te enteras? Y me lo pasé estupendamente.<br /></em><br />Más prepotente y tocapelotas es el '¿te vas enterando ya?' Pero aquí ya vamos casi saliéndonos del campo de la muletilla propiamente dicha.<div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-54325758518332493582007-07-12T08:56:00.001+02:002011-03-28T15:55:58.799+02:00¿Me explico?Aparentemente resulta mucho más autocrítico, y por lo tanto más democrático que el '¿me entiendes?', porque es el hablante el que se cuestiona a sí mismo, pero precisamente eso le otorga aún más autoridad. Como muletilla no imaginamos que se trate de un pregunta real (¿<em>he conseguido expresarme?</em>), sino más bien de una certificación sin espera de respuesta (porque se supone afirmativa) de que uno está dejando las cosas meridianamente claras. Hay que tener en cuenta que no es casual que el verbo que aquí se emplee sea explicar, cosa que está reservada a los profesores y a los maestros, o sea, que se emplea para investirse de una imagen de autoridad o de momentánea rebelión. Algo, que cuesta trabajo expresar, va a manifestarse (algún reproche tal vez) y, seguramente por eso, sólo se muestra la punta del iceberg del conflicto (un mero indicio, o la descafeinada versión oficial), sin descargar toda la agresividad que hay detrás. Pero, atención, si con la “indirecta” no ha quedado suficientemente claro, el que habla amenaza con estar dispuesto a “explicarse” mucho mejor, y se puede armar la gorda. Es bastante fuerte, es decir, aporta un alto grado de tensión y suele utilizarse en situaciones de tirantez, aunque siempre bajo un potente control cerebral, como se supone que funciona un ser altamente civilizado.<br />
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<em>Mira, ayer me fui al cine solo, porque al parecer tú estabas muy ocupado, ¿me explico?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-62579470215646001792007-07-12T08:55:00.000+02:002007-07-15T00:01:15.598+02:00EntiéndemeEl 'entiéndeme' y el 'ya me entiendes' aunque literalmente signifiquen lo mismo que el '¿entiendes?', son muy otra cosa. Son una especie de muletillas de descargo, de justificación. Hay un ruego. Se está pidiendo comprensión, demandando o implorando un esfuerzo de indulgencia por parte del receptor. En un tono más suave reclama simplemente complicidad. Es decir, compadreo con respecto a algún delito más o menos menor.<br /><br /><em>Hombre, entiéndeme. Resulta que el sábado, no tenía nada que hacer, en fin, ya me entiendes, y acabé yéndome al cine.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-84141778915056490112007-07-12T08:54:00.000+02:002007-07-15T00:02:15.686+02:00¿Lo pillas?Aparentemente en la misma línea están el citado '¿te aclaras?', el '¿lo pillas?' o el castizo madrileño '¿te percatas?' También es bastante provocador el ilustrado '¿lo captas?'<br />La diferencia con el 'entiéndeme' anterior radica en que, aunque aquí también se puede apreciar cierto guiño de complicidad, se está emitiendo una señal de que vayas un poco más allá de lo literal y sepas leer entre líneas. Se supone que algo de lo que se acaba de decir hay que ponerlo entre comillas, y por lo tanto funciona como un aviso a tu inteligencia para que saques a pasear tu agudeza mental, si es que la tienes, cosa que la muletilla, zumbona ella, sabe también poner en duda.<br /><br /><em>El sábado pasado fui a casa de Marta a preguntarle si tenía unos apuntes de matemáticas, ¿lo pillas?, y luego nos fuimos juntos al cine, ¿te percatas?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-43883184360654771112007-07-12T08:53:00.000+02:002007-07-11T15:20:32.717+02:00¿Sí?Es quizás una de las muletillas más humillantes para el oyente. El que te habla establece una pausa tras cada frase para preguntarte directamente si has sido capaz de asimilarla correctamente y así poder continuar hablando sin que te extravíes por el camino. Normalmente interpretan velozmente tu silencio a dicha pregunta como una tácita afirmación y suponen, confiadamente, que en el momento en que pierdas pie vas a tener el valor necesario para interrumpirle y pedir más datos. Son personas que imaginan que te van llevando maternalmente de la mano por los retorcidos vericuetos del conocimiento y la sabiduría. Demuestran una gran paciencia y uno percibe que están realizando un verdadero esfuerzo por contar las cosas de la manera más sencilla posible, adaptada a las limitaciones de tu entendimiento.<br /><br /><em>El sábado fui al cine con Ramiro, ¿sí?, y estuvimos viendo una película verdaderamente tragicómica, ¿sí?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-17994107604631317602007-07-12T08:52:00.000+02:002007-07-15T00:03:12.707+02:00¿Ya?Es aún más recalcitrantemente prepotente que el '¿sí?' Porque en este caso tu interlocutor te está dando tiempo para que tu pesada maquinaria mental alcance una mínima velocidad de comprensión. Te espera. Ralentiza su discurso lo que sea necesario para que no te quedes atrás, aturullado, confuso, ausente. Establece pausas de “refresco” para que puedas digerir correctamente la información sin que se te atasquen las entendederas por una excesiva complejidad o acumulación de datos. Es relativamente frecuente entre los chilenos, no sé por qué.<br /><br /><em>El sábado anterior a éste, que era fiesta, ¿ya?, fui al cine a ver una película de Robert Redford, ¿ya?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-17652153098711208012007-07-12T08:51:00.000+02:002007-07-11T18:24:44.362+02:00¿Vale?Es lo mismo, sólo que en este caso se deja traslucir cierto colegueo. Se trata de un profe moderno, próximo, jovial, capaz de ponerse a la breve altura de sus alumnos.<br /><br /><em>El sábado pasado, que era el cumpleaños de Susana, ¿vale?, fuimos al Centro Comercial ése que han inaugurado hace poco, ¿vale?, y vimos una película.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-19142353472010143042007-07-12T08:50:00.000+02:002007-07-15T00:04:05.429+02:00¿Cierto?Es, desde luego, una pregunta retórica. Quiero decir, más retórica que las demás muletillas. Aquí estamos ya ante un profesor de lógica, en sentido estricto. O ante un Sócrates precipitado, que siempre parece que va a llevarte en su alocución hasta los ominosos límites del misterio del saber. En realidad más que otra cosa es adorno egoico, como una ristra de autoalabanzas salteadas a lo largo del discurso a modo de mojones, inyecciones de autoánimo para poder continuar esforzándose en desbrozar esos angostos y oscuros circuitos neuronales por los que ha osado incursionarse.<br />Se supone que a estos usuarios les causa horror asumir que —al igual que Molière y los humanos en general hablamos en prosa de manera espontánea— sus afirmaciones pueden caer en la torpeza de ser subjetivas (como sujetos que inevitablemente son), y tratan por todos los medios de hacernos creer (o de creerse) que todo lo que dicen ha sido refrendado por un previo programa de lavado y secado lógico-estructural.<br />Pero lo cierto es que, como toda muletilla, se trata de una manifestación de inseguridad personal.<br />Muy hispano. Argentino especialmente.<br />Variante: '¿no es cierto?' Más cursi aún, si cabe.<br /><br /><em>El sábado, que hacía un calor espantoso, ¿no es cierto?, me compré un helado de ésos de chocolate que están buenísimos, pero que luego te dan una sed terrorífica, ¿cierto?, y me metí en un cine.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-73521105684725805792007-07-12T08:49:00.000+02:002007-07-11T18:29:00.049+02:00¿Me sigues?Con complejo de instructor de boy scouts, monitor de senderismo, capitán de fragata o alguna otra figura paternalista portadora de brújula y sextante, el usuario de esta muletilla se pone en cabeza de cualquier expedición verbal-epopéyica (normalmente por decisión propia) y adopta la amable costumbre de volver de vez en cuando la cabeza para saber si avanzas tras él sin problemas o vas echando los bofes (las meninges, en este caso), temeroso de que en cualquier momento te derrumbes o des muestra de estar a punto de renunciar a seguir su experimentado y enérgico paso discursivo.<br /><br /><em>El sábado pasado, al día siguiente de la fiesta en casa de Nacho, el de las gafas de concha, ése que le gusta tanto a Margarita, ¿me sigues?, pues me dio por ahí y me fui al cine.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-88085627713590775012007-07-12T08:48:00.000+02:002007-07-12T16:22:22.939+02:00¿O qué?Aquí está el retador. Aunque lo cierto es que bajo ese aparente reto se trasluce una inseguridad profunda, un miedo a ser corregido constantemente por una voz más sabia. De ahí el, a veces, tono algo chulesco con el que se inviste la duda, que es formalmente una pregunta directa al interlocutor: ¿acaso tú puedes aportar un más acertado punto de vista? Si es así, dilo de una vez. Y si no, cállate, joder.<br />Parece que está elidida, que se da por supuesta la segunda parte de la pregunta: “¿O qué debería haber hecho (o dicho)?” “¿O qué habrías hecho (o dicho) tú?” Y como el abanico de posibilidades de entonación con que se puede expresar tal interrogante es amplísimo (desde el patente pavor a las consecuencias de lo dicho hasta el reto o la exigencia, como decíamos), no se le puede otorgar un significado neto a esta muletilla.<br /><br /><em>Por eso el sábado, al final, estábamos tan aburridos que nos metimos en el cine, ¿o qué?<br /></em><br /><em>Hoy estaría bien ir al cine, ¿o qué?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-5666031120600556902007-07-12T08:47:00.000+02:002007-09-07T12:28:01.626+02:00¿Y qué?Ésta es más dura. Aquí ya no prevalece tanto la duda como en el anterior 'o qué', categorizada perfectamente por el disyuntivo 'o', sino que aparece más directamente el reto, la rebeldía. Si existe la duda (que existe), aparece superada por la voluntariedad del hablante precisamente mediante esta muletilla. Hay una reafirmación, “un sostenello y no enmendallo”, pero también un “dar la cara”, un responsabilizarse de lo que se hizo (o dijo).<br />Lo que se sobreentiende, y que falta, es: "¿Y qué pasa?" "¿Y qué tienes tú que decir a eso?"<br /><br /><em>Sí señor, el sábado pasado me fui solo al cine, ¿y qué?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-41819955098459055722007-07-12T08:46:00.000+02:002007-07-15T00:05:52.914+02:00¿No?Semejante al '¿o qué?', destila inseguridad, duda y, en su grado más extremo, sumisión. Se podría decir que solamente es significativa esta muletilla (y puede serlo mucho) si se utiliza en la conversación de una manera exagerada, y más aún si surge especialmente en el hablante cuando se comunica con alguna persona en concreto, a la que hay que temer, respetar o considerar (en orden decreciente). Está sintetizando un temor o una simple sospecha que se podría expresar como “¿No crees tú lo mismo?” “¿No piensas igual?” Parece ser que los seres inferiores (como los niños y las mujeres, hasta hace muy poco) tenían que utilizarla profusamente y con la mayoría de los adultos/hombres si no querían acabar enredados en serios problemas. Aunque dijesen obviedades o verdades como puños.<br /><br /><em>No es muy buena la película, ¿no?</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-310341429233300862007-07-12T08:45:00.000+02:002018-02-16T23:50:18.340+01:002. LAS MULETILLAS DE LOS QUE SE CONSIDERAN "MENTES INFERIORES" (los apocados, los modestos)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-40492454309684979502007-07-12T08:44:00.001+02:002012-09-21T17:25:13.712+02:002A - ¿QUIÉN ES EL QUE LO DICE?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
No siempre uno, el que habla, es el sujeto efectivo de la oración. Recuerdo que Castilla del Pino, en su magna obra ensayística sobre la Comunicación, exigía, para una relación sana entre individuos, que en toda intervención oral se sobreentendiese un casi siempre elidido (y la mayor parte de las veces cicateramente) “Yo digo que” al comienzo de cada oración. Ello nos obligaría a asumir nuestra responsabilidad como sujetos emisores de información, y a la postre nos enseñaría a percibir los mensajes de los demás enmarcándolos en una relación de igualdad. Así mismo evitaría que nos tragásemos como verdades, sin digerirlas, gran parte de las añagazas que utiliza el poder. En este epígrafe vamos a ver no sólo cómo nos escaqueamos a la hora de hacernos protagonistas de nuestras propias aseveraciones, con lo que le damos gato por liebre al receptor (pretendidas informaciones contrastadas por simples y personales proyecciones psicológicas, por ejemplo), sino cómo logramos de una manera casi imperceptible trasladar el problema de la responsabilidad de hablar y de decir a “otro” u a “otros”.</div>
<div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-44757703706530816732007-07-12T08:44:00.000+02:002007-07-12T16:29:55.020+02:00Como aquél que dice - Como el que diceNo hace mucho conocí a un tipo (un electricista que me hizo una instalación en casa) que no paraba de utilizar esta muletilla. Estuve observándole y me di cuenta de que, para no pillarse los dedos, jamás hacía una afirmación personal, propia. Siempre que se tocaba un tema mínimamente (muy mínimamente) serio, era un otro imaginario (un aquél, un fulano X) el que se atrevía a decir las cosas. Él se limitaba a convertirse en informador, en testigo imparcial, eso sí con bastante buena memoria, como aquel que dice. Me lo imagino de niño en el colegio: debía de ser un chivato, o mejor dicho, un acusica impenitente. Porque, por definición, él no era nunca. Siempre era otro.<br />Es triste no ser jamás el sujeto o protagonista de las propias opiniones, y adjudicárselas a un imaginario aquél, especie de espíritu próximo y manipulable, incapaz de protestar (que sepamos). Y todo por puro miedo a meter la pata en primera persona.<br /><br /><em>El sábado estábamos todos tan aburridos, como aquel que dice, que acabamos yéndonos al cine.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-39537804855485393222007-07-12T08:43:00.000+02:002007-07-17T12:06:57.518+02:00No es porque yo lo diga, pero...El escaqueo, el lanzamiento de piedra y escondida de mano, el escurrimiento del bulto es mucho más evidente en esta complementaria y larga muletilla. La diferencia es que aquí el sujeto es aún más impersonal. Ni siquiera es un aquél indefinido, un cualquiera. ¿Quién es? Misterio. Y misterio inquietante.<br />“Yo no sé quién es el que lo dice (¡mentira!), y, ni siquiera es que esté totalmente de acuerdo con él, pero... ¡aviso, advierto, alerto...!” Desde luego ese ser que dice (que no soy yo, ¿eh?) y que no se sabe quién es, da la sensación de que debe de ser alguien con cierto poder, porque la muletilla suena claramente a amenaza... más o menos grave.<br />Un espía que se ha infiltrado en las altas esferas y viene ahora a regalarnos con la advertencia. Insolidaridad a ultranza.<br /><br /><em>No es porque yo lo diga, pero todos los que se fueron al cine el otro día, puede que hoy tengan problemas.</em><br /><em></em><br />Aunque, profundizando un poco más en la semántica de la frasecita, tampoco es que haya que buscar siempre a un sujeto definido, a un responsable individual de lo que se vaya a afirmar después, es decir, a alguien con nombre y apellidos. Usamos en muchas ocasiones esta muletilla para hacernos eco de la opinión que podría tener una multitud anónima y normativa, de una vox pópuli con la que no queremos identificarnos por pura vergüenza pero que... habría (tal vez) que tener en cuenta, ¿no?<br />Miedo. Puro miedo a la responsabilidad de lo que está pasando.<br /><br /><em>La verdad es que, no es porque yo lo diga, pero marcharse al cine así, un día de diario...<br /></em><br /><span style="color:#660000;"><em>DESI.- (Más relajada, haciendo pucheros) Él no es malo, señorito, se lo juro. El señor cura se lo puede decir que, <strong>no es porque yo lo diga</strong>, pero en el pueblo no había fiesta sin el Picaza.<br /></em>[Miguel Delibes. La hoja roja, 1986]</span> <p></p><blockquote></blockquote><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-51739766324922653032007-07-12T08:42:00.000+02:002007-07-17T12:07:28.193+02:00Como si dijéramosAquí se busca más la complicidad del grupo. Para atreverse a afirmar o sugerir algo se apela al colectivo, a la primera del plural, o sea, al nosotros, porque uno, por sí solo, no se arriesga a tanto. Y además en tono especulativo, hipotético, con el verbo en imperfecto de subjuntivo, curándose en salud, por si acaso. “Hagamos un experimento, supongamos que —no yo sólo, por supuesto, sino nosotros todos — nos atreviéramos a decir que...” Parece que hay momentos en que nos resulta demasiado atrevido establecer determinadas opiniones y entonces buscamos la connivencia de los que nos escuchan o, en definitiva, su benevolencia. Hay un guiño de invocación (o a veces súplica) al compadreo, a la tolerancia, obligando al contertulio a ponerse en el supuesto lugar de uno si acaso se atreviera a firmar que...<br /><br /><em>Es, como si dijéramos, de lo más panoli pretender encontrar entradas de cine un sábado por la tarde.</em><br /><br />También se emplea como solicitud de permiso a los oyentes para utilizar algún vocablo exorbitante, es decir, relativamente ajeno al ámbito lingüístico en el que se está (por ejemplo, demasiado intelectual, o demasiado popular, o demasiado snob, según los ambientes), o hasta para pedir disculpas por ello por adelantado. “No es que yo sea muy listo (o muy cursi, o muy chabacano, etc.) al decir lo que voy a decir, puesto que igualmente podríais emplear este término cualquiera de vosotros —bueno, al menos en alguna ocasión, ¿no?—, pero digo que...” En resumen, una petición de pertenencia al grupo y, por lo tanto, un reforzamiento del grupo mismo, a pesar de lo que se va a decir. También nos avisa de que debemos poner entre comillas lo que a continuación se va a pronunciar.<br /><br /><em>Eso de ir al cine un domingo por la noche es, como si dijéramos, muy refinado.</em><br /><br /><em><span style="color:#660000;">“(…) Los psiquiatras no saben nada ni sirven para nada, dijo. Los únicos que saben son los psicólogos, que son, </span></em><a name="acierto25"></a><span style="color:#660000;"><em><strong>como si dijéramos</strong>, los geómetros de la mente.”<br /></em>[Luis Goytisolo. Estela del fuego que se aleja, 1984]</span><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-1245270330969826572007-07-12T08:41:00.000+02:002007-07-15T00:09:26.689+02:00DiríamosEs equivalente a la anterior, aunque un poco más estilizada, más elegante. Tanto que podría ser prima hermana del 'digamos', que analizaremos más adelante, aunque ya adelantamos que estamos ante un arcaico y principalísimo plural mayestático, o, al menos, en el juego de ambigüedades que permite el hecho de moverse en la frontera entre el nosotros colectivo y el augusto nos. La diferencia radica fundamentalmente en que en este caso se utiliza delante de afirmaciones mucho más dudosas o, en su caso, temerarias, es decir, no tan pretendidamente contundentes como con 'digamos'. Aún más atrevimiento permite su gemela 'podríamos decir', e incluso todavía más 'se podría decir' (por impersonal), que a más de uno habrán salvado la vida o, al menos la honrilla: siempre se puede argüir, si las cosas se ponen feas por haber sacado la lengua a pasear con demasiada ligereza, que en realidad uno no ha dicho nada, si no que ha mostrado la existencia de una posibilidad de que algo pueda ser dicho. Vamos, lo que se llama escurrir el bulto. Y es que no hay más que ver que las tres muletillas están conjugadas en condicional.<br /><br /><em>Es, diríamos, del género estúpido pretender conseguir entradas de cine hoy sábado.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-27817738402889384572007-07-12T08:40:00.000+02:002007-07-17T12:08:01.162+02:00Es un decirAlgo más arcaica que las anteriores, y quizás más arrastrada, y por lo tanto vergonzante, se trata de una muletilla “a posteriori” mediante la que se le quita a lo dicho toda la carga de acidez posible. Lingüísticamente el mecanismo consiste en despojarse uno de la responsabilidad de lo que acaba de decir para culpar a las masas anónimas, que son las que dicen decires o dichos. Hay veces que se pronuncia en el último instante, precipitadamente, como suplicando ser bien entendido, o sea, rogando que los contertulios no cojan lo dicho por donde quema, ya que no es físicamente posible darle a la tecla de borrado hacia atrás y tragarse uno directamente las irreflexivas palabras que acaba de pronunciar.<br />Aunque también detrás de esa añagaza puede que se esconda cínicamente la voluntad de atreverse a afirmar algo que va a herir a alguien que está presente.<br /><br /><em>La gente va mucho al cine porque no tiene nada que hacer; bueno, es un decir.<br /></em><br /><a name="Arriba"><em><span style="color:#660000;">“- ¿Tan visto te tiene? -le pregunté a Raimundo.</span></em></a><span style="color:#660000;"><br /></span><em><span style="color:#660000;">En la voz de él noté que había registrado la alteración de la mía. Me conoce demasiado.<br />- Bueno, </span></em><a name="acierto67"></a><span style="color:#660000;"><em><strong>es un decir</strong>. No me he acostado con ella, si es eso lo que me quieres preguntar.”<br /></em>[Carmen Martín Gaite. Nubosidad variable, 1992]</span><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-68569705444287790892007-07-12T08:39:00.000+02:002007-09-07T12:38:36.462+02:00Es decirNo tiene nada que ver con 'es un decir', aunque formalmente sean casi iguales. Es muy corriente. Se emplea para señalar que uno va a intentar explicarse mejor, que va a buscar otro modo más claro de decir lo que acaba de tratar de explicar, o de ampliarlo. O, también, que va a tratar de resumir lo dicho anteriormente, como conclusión, lo que equivale a 'por consiguiente', una muletilla algo más culta. El término elidido es 'como', o 'igual que' (“es como decir”). Literariamente es intercambiable por el 'o sea', aunque éste es más coloquial y merece un apartado propio. También se utiliza de modo relativamente culto en los textos escritos el i. e., así, con abreviaturas, del latín 'id est', que significa 'esto es'.<br />Su uso de forma exagerada denota, desde luego, inseguridad, poca confianza en la propia capacidad expresiva (o, a veces, en la capacidad comprensiva del o de los oyentes, que viene a ser lo mismo).<br /><br /><em>Pienso ir el sábado al cine, es decir, pienso ir a ver una buena película.</em><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-46866851507467002872007-07-12T08:38:00.005+02:002008-09-01T18:32:32.108+02:00Por decir algoMás modestia no puede expresar esta frasecita recurrente, de uso muy común. No cabe duda de que tomar la palabra supone a veces una gran responsabilidad, pues uno nota que el silencio y la atención pesan, y que le están escuchando a uno de veras. Es entonces cuando uno se da cuenta de que hablar por hablar no viene demasiado a cuento. No debería venir a cuento nunca, la verdad. Hablar en broma o hablar en serio son las dos opciones más lógicas, pero esa mezcla híbrida de decir por decir algo, medio entre risas medio entre veras, solo confunde a uno mismo y a los demás. Ahí es donde resulta necesario introducir esta cuña, que es, a todas luces una excusa o un intento de quitarle fuerza a las propias palabras, ya sean previas o posteriores a la muletilla de marras.<br />También ocurre que los seres humanos somos muy mentirosos (¿quién lo iba sospechar?) Y tras ese 'por decir algo', tan humilde, soltamos la mayor burrada o la más grave acusación —o sencillamente lo que pensamos—, aunque, como el que deja caer una chinita en un gran lago, sin querer que apenas se note pero esperando que las ondas que produzca se conviertan en un espantoso tsunami.<br /><br /><em>Yo, por decir algo, creo que esa película no nos va a gustar nada. </em><br /><em></em><br /><span style="color:#660000;"><em>"La conversación se había empantanado en arenas movedizas. De ahí ya no la sacaría nadie. Me puse de pie, y el dueño de casa, con gran dificultad, apoyando en el sillón las manos temblorosas, hizo lo mismo.<br />"Su casa es muy bonita", dije, </em></span><a name="acierto75"></a><a href="http://corpus.rae.es/cgi-bin/crpsrvEx.dll?visualizar?tipo1=5&tipo2=0&iniItem=75&ordenar1=0&ordenar2=0&FID=010908\018\C000O01092008182226789.4308.6088&desc={B}+{I}+por+decir+algo{I},+en+todos+los+medios,+en+{I}CREA+{I},+en+{I}Ficción+{I}+{B}{#acierto74"></a><span style="color:#660000;"><strong><em>por decir algo</em></strong></span><a href="http://corpus.rae.es/cgi-bin/crpsrvEx.dll?visualizar?tipo1=5&tipo2=0&iniItem=75&ordenar1=0&ordenar2=0&FID=010908\018\C000O01092008182226789.4308.6088&desc={B}+{I}+por+decir+algo{I},+en+todos+los+medios,+en+{I}CREA+{I},+en+{I}Ficción+{I}+{B}{#acierto76"></a><span style="color:#660000;"><em>."<br /></em>[Jorge Edwards, El anfitrión, 1987]</span><div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5660760189364857909.post-10678736725475011072007-07-12T08:37:00.000+02:002007-07-12T17:09:20.973+02:00Digo yoEsta muletilla es ambivalente, pues, por una parte estamos pidiendo humildemente permiso para afirmar algo, pero también, si se formula con otro tono de voz y sobre todo con otra sintaxis (es decir, plantándolo descaradamente al principio de la intervención, en forma de 'digo yo que'…), resulta claramente aseverativo, en la línea que propugna como saludable Castilla del Pino. Aquí no hay invocación a la complicidad del “nosotros” que valga, sino que, al contrario, se pone en evidencia la hipotética o previsible soledad del hablante en su propuesta, que, o bien es asumida con valentía y arrojo, o sea, recalcando la independencia desde la que se habla, como por ejemplo en:<br /><br /><em>Digo yo que podríamos irnos al cine, ¿no?<br /></em><br />…o bien es asumida con fragilidad, con miedo. El “yo” de esta apostilla, es entonces y a todas luces un yo con minúscula, humilde y retraído, que casi se excusa por haber tenido la osadía de decir algo. Tanto es así que con ese particular uso (diciéndolo precipitadamente al final de la intervención, como dubitativo remate de la frase) suele ir seguido de un '¿eh?' que bien podría describirse como la expresión oral de un pusilánime encogimiento de hombros.<br /><br /><em>Podríamos ir al cine. Bueno, digo yo, ¿eh?<br /></em><br />Es curioso, por cierto, el efecto tan marcado que ejercen algunos términos de acompañamiento ―que a su vez son también muletillas (como esos peces que van siempre acompañando a los tiburones)― sobre una misma apoyatura verbal. Si aparece un 'vamos' delante del 'digo yo', estamos ante una fórmula protagonística, que podría llegar a convertirse en casi autoritaria. Si aparece, por el contrario, un 'bueno' delante, el tono se invierte de un modo casi mágico.<div class="blogger-post-footer">Algunas reflexiones, como si dijésemos, sobre esos latiguillos que todos (más o menos) utilizamos al hablar, ¿no es cierto?</div>MAMVhttp://www.blogger.com/profile/00959480920424469104noreply@blogger.com0