Las muletillas en el habla


...Pero también poseen otra función, que es la que más nos interesa aquí. Tenemos conciencia de que todo cuanto hacemos produce imágenes de nosotros mismos en los demás. Nuestra forma de comer, de caminar, de reír, de saludar... y, evidentemente, nuestra forma de hablar, dicen muchas cosas acerca de nosotros mismos que no siempre podemos controlar, independientemente, en este caso, del contenido de lo que pretendemos voluntariamente comunicar. Pues bien, por un lado, las muletillas ejercen (o intentan ejercer) una función de control de la propia imagen, como intentaremos demostrar, y por otro lado (y contradictoriamente), manifiestan de forma incontrolada las actitudes personales que subyacen en el interior de los mensajes verbales.
Intentamos hacer aquí un análisis psicológico de las muletillas más habituales en nuestro idioma (y en España, por el momento), que nos ayudará a descubrir las verdaderas intenciones del hablante, semiocultas en el interior de los mensajes que emite, pues se utilizan casi invariablemente de forma inconsciente.
De hecho, el uso de las muletillas, cuando es exagerado, no ha pasado desapercibido nunca tampoco para el común de las gentes, que puede llegar a bautizar a algunos de estos descomedidos usuarios con apodos tales como “el digamos”, “el oséase”, u otros más trabajosos.

Las muletillas son expresiones más o menos estereotipadas que se utilizan de manera automática al hablar para lograr determinados fines que no suelen ser conscientes, como:
a) mantener el interés del o de los interlocutores
b) controlar el turno de palabra, dominando el uso del habla
c) darse el hablante lapsos de tiempo o ánimos para recuperarse de las dificultades que experimenta al expresarse, establecer pequeñas pausas para pensar en medio del discurso
d) controlar el estatus social/cultural desde el que pretende uno manifestarse ante los demás
e) buscar pequeños acuerdos o complicidades con el interlocutor
f) subrayar, matizar o dar un significado especial a ciertas palabras dichas o por decir
g) expresar de forma subliminal e incontrolada las ocultas intenciones del hablante
Ver más aspectos teóricos y lingüísticos

7 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Todos somos invalidos mentales, si nos comparamos al hombre
    ideal. estamos en un proceso de recuperación. Con el tiempo si hacemos lo que dicen los medicos, no prescindiremos mas de ellas.

    ResponderEliminar
  2. Cuando uno no lee libros constructivos el cerebro esta vacio y al dialogar se caen y se nesecita una muletilla como invalidos mentales

    ResponderEliminar
  3. Muy buen articulo amigo, incluso las personas que acostumbramos a leer mucho o escribir solemos caer a menudo en este tipo de muletillas peor en comparacion con gente que ve y escucha basura en los medios se les convierte en habito

    ResponderEliminar
  4. Que buen artículo y muy bueno el blog. Las muletillas también son los "eeem..." (cuando nos cuesta seguir hablando por olvidarnos de algo o no saber que decir)?

    ResponderEliminar
  5. mucha razon!!!

    ResponderEliminar
  6. Anónimo8/2/16 01:27

    Y los ejemplos?

    ResponderEliminar
  7. Todo el blog es muy interesante. A mi me chirrían las muletillas, aunque a veces uno cae en ellas

    ResponderEliminar